. Entre papeleos de viajes, créditos y penalidades pendientes, tuve que lidiar con una terrible Impotencia.
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Y no me refiero precisamente a la disfunción eréctil masculina, NO.
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Por suerte, a mis vigorosos 26 años no he sufrido de ninguna disfunción ni algo similar... a Dios gracias!
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No me refiero a la Impotencia que un sexagenario puede combatir con una pastillita, me refiero a la rabia contenida a la que uno se tiene que enfrentar al depender de LA BUROCRACIA, y a la boliviana encima!
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En general, impotencia se refiere a la incapacidad o falta de poder para realizar o hacer algo, y yo lo que tengo ganas de hacer y no puedo, es romperle las piernas a todo funcionario público, policía o abogado de pacotilla que me haya atendido de mala gana en este último tiempo!!!
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Como cuando fuí a Identificación de la Policía Nacional, donde estaba aquel Oficial que a pesar de haberme visto, no entendió nunca que yo estaba ANTES que una improvisada fila que se armó al lado mio.
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Y la panchura de TODO el sector fotográfico de la misma entidad, que después de hora y media de cola, con calor y sol al comienzo, humedad y olores desagradables al final, nos hicieron esperar 50 minutos para que llegue un CPU nuevo para la toma de fotos...
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Ojala terminara ahí la historia. Después de transcurridos los 50 minutos, estacionados en una posta de la travesía que significa sacar carnet de identidad en Santa Cruz, recibimos la persuación de un oficial para irnos a nuestras casas porque no habían garantías de arreglo en la máquina!
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Repito: hora y media de lento avance, con 50 minutos más estacionado en un mismo lugar de la cola, yo con sólo 6 personas delante mio, y un millón atrás!
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Como el abogado en el piso 8 del Palacio de Justicia hoy mismo, que hizo pasar a una señora delante mio, bajo la patética excusa que tenía los papeles de ella más a mano!
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O la guinda de la torta, la chica de la fotocopiadora del mismo piso, que le pedí a las 5.45pm que me haga una sola fotocopia, UNA! una hoja! y decia que ya se estaba yendo, que no atendían hasta las 6 como los demás en el edificio. Pero seguía ahí, sin sacar la única puta fotocopia que le pedi!!!
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Más que un Viagra, necesitaba un Armonil.
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Me recordó mi fugaz paso por la Gabriel, la Universidad estatal de Santa Cruz, en ese semestre del 2mil en que estudié Comunicación Social, antes emigrar a las afueras en busca de Cine... me sacaron varias veces de mis casillas...
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En fin... parece que todo lo que es Estatal en Bolivia rima con Burocracia, entre otros adjetivos menos amables
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