jueves, 18 de septiembre de 2008

Mis cenizas al Piraí

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Pensativo, Rubén Pedraza cruza el rio Piraí en un cuatro por cuatro del año, de aquel 1981.
Es el nieto del difunto y conocido político boliviano del mismo nombre.
Lleva con él un cargamento de cocaína, empaquetado hace unas horas
en Santa Cruz, y un helicóptero lo espera en la quinta, a un par de kilómetros del pueblo de Porongo, donde la vida es barata.

- Quiero que tiren mis cenizas al Piraí - dijo de pronto.

Braulio, su mano derecha, toma el cenicero del v
ehículo y echa las colillas por la ventana.
Rubén lo mira y sigue manejando. No se refería a eso, estaba pensando en voz alta.
Había tenido una revelación, la cual nunca
supo si fue a causa de alguna extraña presencia astral o una simple reacción de los narcóticos recién aspirados, pero determinaba claramente en que tierra húmeda quería esparcirse."





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martes, 16 de septiembre de 2008

¡Lo van a dejar morir, coronel!

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Cobija, Pando
Amazonía boliviana

Septiembre 2008


La cámara de un noticiero se acerca con dificultad. Un grupo de pandinos reclaman la toma del aeropuerto por parte de los militares de las FFAA de Bolivia. La gente corea la palabra PAREN mientas los militares soltaban tiros. Se escucha en primer plano la voz de Toni Rivera Sinicuri, un pastor evangélico de 70 años de camisa con diseños cafés y gorra azul, quien reclama al coronel:

¡Digale que paren!
¡Nosotros queremos que entiendan
ustedes que no nos asustan!


Empieza un tiroteo. Se escuchan gritos y la gente sale corriendo. La cámara trata de documentar lo que está ocurriendo en medio del caos. Vemos una mujer herida de blusa blanca con un militar. Otras personas están en el suelo. Otra mujer, la periodista de la red PAT, visiblemente herida es arrastrada para alejarla del peligro por algunos manifestantes. En el camino pierde una sandalia, tras un rastro de sangre en el pavimento.


¡Lo mataron! ¡lo mataron!

Gritan a lo lejos. La cámara se acerca. Vemos un hombre acostado con una camisa con diseños cafés, pero ya sin la gorra azul. El mismo coronel ahora lo observa. Es el pastor Toni Rivera, que yace inerte en el suelo. La cámara se acerca y el periodista, fuera de sí, interpela al coronel.


manifestante: !Hijos de puta!
periodista: ¡Van a pagar! ¡van a pagar todos!
coronel: ¡Una ambulancia!

periodista: ¡No hay ambulancias!
¡Se lo estoy
diciendo como prensa!
¡Van a pagar ustedes!


Unos militares apuntan sus armas a civiles desarmados.


¡Pónganse al piso carajo! ¡Manos a la nuca!


Dos hombres levantan al pastor Toni Rivera, a quien vemos que aún se encuentra con vida. El Coronel pide un vehículo que nunca llega.


¡Lo van a dejar morir, coronel!

Llega un jeep rojo que se estaciona a varios metros. Los hombres que cargan al pastor tratan de levantarlo con dificultad, sin ayuda de los militares alrededor. Hasta que uno de ellos se digna a colaborarlos con cierto desgano.


El pastor Toni Rivera Sinicuri murió. Los muertos son varios en la tranquila capital pandina, Cobija. La ciudad está aislada y con Estado de Sitio para sus habitantes.

La campaña mediática del Gobierno de Evo Morales sigue contando su versión a Bolivia y el mundo mientras gasta millones de dólares del Estado para mantener su realización y difusión.


Se realiza una reunión de presidentes sudamericanos en Santiago de Chile para hablar sobre la situación de Bolivia. El presidente del Brasil, Lula Da Silva, propone dar espacio a la oposición al gobierno boliviano para que cuente su versión de los hechos. Al final, sólo se escucha la versión de Morales, quien llegó a Santiago de Chile en un avión venezolano.

Los presidentes de Sudamérica deciden apoyar el gobierno de Evo Morales y nadie se pronuncia sobre la injerencia político-militar que intenta Hugo Chavez en Bolivia.

Y todo esto es sólo el pelo de un gato.


martes, 9 de septiembre de 2008

Ya hice, pero falta


Ya fuí campeón de lectura veloz,
y fui a un tributo de reggae en Oz,
ya fui scout y me hice una cortadura,
ya me encontré y me deshice de mil ataduras.

Ya fui ejemplo y maleducado,
estuve sobrio y estuve entonado,
ya viaje solo y acompañado,
en bus, tren, avión y acorazado.

Ya me enfrenté a varias traiciones,
y lagrimeé por diez mil ilusiones,
tuve la vida colgando de un hilo,
y pude bajar un montón de kilos.

Ya hice terrorismo psicológico,
y soy amigo de todo un zoológico,
ya escribí rimas en la blogosfera,

y me dormí en la puerta de Centrosfera.

Ya hice un menage trois en portugués
ya me llamaron oligarca, hippie y burgués
ya fui actor, director y guionista,
ya fui productor y publicista.

Ya me dió dengue dos veces,
ya farreé por tres meses,
Ya ignoré a gente cínica
Y pasé mis 27 en una clínica.



jueves, 4 de septiembre de 2008

Las luciérnagas conspiran de día


Guión de Largometraje por
Rodrigo Aspiazu Crapuzzi
1er Lugar
IV Concurso Nacional de Guión
FEDAM - PETROBRAS
X Festival Iberoamericano de Cine de Santa Cruz



SINOPSIS

Bolivia, 1928. El General Rojas, Jefe de las Fuerzas Armadas, muere aparentemente asesinado de un disparo en su mansión infranqueable de la ciudad de La Paz.

Cinco días antes, el capitán Roberto Rojas, hijo de dicho General, llega al pueblito del Oriente boliviano, San Bartolomé de los Curucusíes, como supuesto fotógrafo extranjero en misión encubierta.

Roberto tiene que boicotear una revuelta regional contra el Gobierno central, a mando del prófugo Choco Ortiz.

Con ayuda de Gertrudis, dueña del Telégrafo del pueblo, Roberto se introduce a la casa de las primas del prófugo, las bellas hermanas Ortices, que guardan riguroso luto por el asesinato de su padre en una revuelta cinco años atrás, y actualmente, son las únicas que conocen los planes del prófugo.

Roberto se percata de la rivalidad de las excéntricas hermanas y se aprovecha de esto para sonsacarles información sobre el paradero de Choco por medio del galanteo y la conspiración.

Pero Roberto no contaba con quedar prendado de las tres mujeres, lo que produce un giro inesperado que desemboca en un crimen perfecto y un final sorpresivo.