lunes, 18 de agosto de 2008

Mientras caían bombas

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"Sarajevo, 9 de Abril, 1992

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Anoche no podía dormir porque no estabas conmigo. Recordaba cuando a hurtadillas compartimos mi cama. Mi tacto enarbolado no olvida tu inesperada suavidad. La memoria me tortura con tus delicadas fricciones. Y tus pecas, muecas y sonrisas se repiten en mis retinas.

Anoche no podía dormir porque no estabas conmigo. Me faltaron los besos de ascensor y mis manos recorriendo a su antojo tu cintura. Me faltaron tus recurrentes ocurrencias y tus tolerables malcriadeces. Faltó mi lengua dándose un festín en tu piercing.

Anoche no podía dormir porque no estabas conmigo. Con la mirada recorrí el espacio que singularmente ocupaste y te extrañé. En un impredecible reflejo me mordí el labio inferior. Era como si estuvieras, pero no estabas, y quiero que volvás a estar... acá... en mi cama... conmigo..."

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Pinturas: Mikhail Evstafiev

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5 comentarios:

Luna dijo...

Epocas de extrañar dicen que son estas no?

andamos en las mismas entonces..

:S

que triste.

"Hello Stranger" dijo...

Lo que nos hacen las relaciones .. cuando ya no las tienes .. hay q joderse y extrañarlas ... comparto el sentimiento tb

LOCA!!.. como tu madre dijo...

Algunas veces pienso que soy adicta a la nostalgia, es verdad, la memoria puede ser muy cruel, pero es mejor saborear los recuerdos dulces y seguir atento...que por ahí aparece otro manjar ;)
Chau..ya me dio hambre

Albanella dijo...

La nostalgia punza, hiere, supura.. pero sana. Sea usando curita, cauterizando la herida o emborrachándose para no sentirla ( lo último no es recomendable XD)... hay modos para todo..

Saludos!!

Curucusí Ocurrente dijo...

La nostalgia a veces es cómoda pero por suerte nunca placentera.
Si duda son épocas de extrañar situaciones que pudieron cambiar el curso de la historia pero el destino no dejó madurar. Ficcionarlas son para mi el mejor aliciente para cauterizar las heridas.
Un abrazo para los cuatro.