
Más aún en el medio creativo, donde me tocó enfrentar, más de una vez, un ambiente de conjeturas y plagios entre bandos, manipulaciones maquiavélicas y sonrisas interesadas de tus pares, gracias a la problemática que se genera tras el trabajo grupal entre estudiantes de Cine, en un país ni tan far away.
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En el ámbito laboral se repite de manera mucho más diplomática, pero se repite. Y es que en la interacción de diseñadores gráficos, fotógrafos, publicistas, actores, comediantes, productores audiovisuales, músicos, locutores, editores, sonidistas y asistentes por doquier, se juega a diario un choque de EGOS digno de conflictos de serie dramática de corte político o de situation comedy (alias serie de comedia) de oficina ejecutiva.
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En todo caso, debe ser normal en cualquier ámbito laboral, más aún cuando se presenta en un reality show de cabezas CREANDO en estado de ebullición.
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Lo más chistoso es que se persigue un ACIERTO!
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Un simple y tonto acierto meramente subjetivo según el gusto de la jefa, del cliente o del focus group.
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Ni modo, por ahora, a jugar con las cartas que nos proporcionan. Al menos en la ciudad de los anillos no te sacan los ojos, como pude apreciar en el país no tan far away.
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En fin, no es común tener 7 grados de temperatura en la ciudad veraniega sin mar. La primera imagen que se te viene a la cabeza de Santa Cruz, no es precisamente la de gente abrigada bajo un cielo gris. Santa Cruz, no conoce las temporadas frías, en Santa Cruz no se ve en otoño el panorama de árboles desnudos, incluso uno de sus arboles característicos, el Toborochi, de torso abultado, tiene la osadía de sólo florecer en otoño, estación donde las noches se hacen más frescas pero el Sol sigue haciendo de las suyas, hasta que llega el Surazo.
Luego dimos un giro a la brujula hacia el Caribe. Caminamos unos pasos hasta un restaurant que no había tenido la oportunidad de degustar sus comidas. La Bodeguita Cubana... MaríaEscándalo pidió Ropa Vieja y yo un Sandwich Campesino... toda una exquisitez, totalmente recomendado.
Llegó al restaurant una amiga acompañada de una amiga, y la amiga de esa amiga (trabalenguas si sé, pero al final se nos unieron tres chicas) Terminada la cena, y bendito entre todas las mujeres me dirigí flanqueado de féminas por el sendero de la TROVA. Fuimos a Pekos Bar y entre botellas de vino y cerveza, aparecieron las charlas de autonomías, centralismo, etc, etc.
Entre tendencias marcadas y no tan marcadas de mis acompañantes, llegué a una conclusión:
LA INTOLERANCIA RACIAL de NINGUNO de los variados bandos en Bolivia
tendrá JAMÁS una justificación, ni siquiera HISTÓRICA (como quisieron hacerme entender)
El asunto acá está en que, no voy pagar la factura de 500 años de represión de nadie, porque yo no reprimí a nadie.
No pienso comenzar a sentir vergüenza por el color de mi piel, ni por no sentirme identificado con una Whipala. Si al final en Bolivia todos somos mestizos, algunos con más mezcla racial que otros, pero mestizos al fin, así que van a tener que aprender a vivir con eso.
Eso es lo bonito y lo importante.
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Fue un buen trabajo.
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