lunes, 13 de abril de 2009

Cuando los dioses se confabulan


Cuando los dioses confabulan no hay vuelta atrás. Llamenlo ley de murphy, fatalidad helénica o 'yetera' boliviana, pero parece que no hay ley de atracción, ni secreto que valga.


Después de dos meses y dos semanas sin internet en mi casa, en la Madrid de Almodóvar, Amenábar y Alex de la Iglesia, me cambié este viernes a un nuevo piso más decentón y con conexión.


En estos tiempos que corren me aventuro a asegurar que el internet es la oficina del que escribe, así sean guiones para cine, novelas literarias o artículos periodísticos, que es en lo que ando ahora.


La máquina de escribir suena muy romántico para los guionistas del ayer, pero ya nos tocó la época en que una portátil con wi-fi es el instrumento de trabajo más preciado.


Estuve en casa de amigos, locutorios con internet, bibliotecas públicas, y en mi oficina (desde que tengo oficina) conectándome para comunicarme, pesquizar información, buscar desde sinónimos hasta conceptos, historia, libros, noticias, etc... Pero, por supuesto, no hay mejor lugar como el hogar... al menos para conectarse al mundo cómodamente.


Llego a mi nuevo departamento, maletas y todo, enciendo mi amada amante (la toshiba satellite) busco red, y...
ahí estaba
, de nuevo en las pistas de la información.


Reviso lo esencial, sólo lo esencial, pongo música y mientras desempacaba, empieza a granizar en Madrid. Caen pequeños trozos de hielo en mi nueva terraza, que veo desde mi nueva ventana hacia la calle García de Paredes, por Santa Engracia.

Como estoy de buen humor me siento más congraciado que de costumbre con el facebook y decido dejar una misiva en el perfil (al mejor estilo twitter) sobre el fugaz torrente de granizo por las calles céntricas madrileñas...


"No puede conectarse a la red"

Angustia, ansiedad, frustración momentánea. Cuando los dioses se confabulan en tu contra no hay Ulises que les haga frente.
Me instalé en mi nueva habitación y busqué alternativas de distendimiento, ya que los planes de mi laboriosa navegación se cancelaron por lluvias, casi literalmente.

Por suerte no tuve que alargar más mi viaje a Ithaca, suficiente fué con 2 meses, 2 semanas y 2 días, ya que hoy domingo recuperé mi indispensable oficina virtual.

Oficialmente: vuelvo a las andadas.


pd. Enjuto Mojamuto "El peor día de mi vida" una sátira magnífica que alcanzó a provocarme risotadas. Al que le haga el saco, que se lo ponga... yo ya lo hice.



2 comentarios:

LOCA!!.. como tu madre dijo...

Ya me puse el saco...los de Cotas están empezando a odiarme je, esa necesaria dependencia de la tecnología...imaginate si me tocara hacer planos a mano? (que ya los hice brrrrr...escalofrios por la espalda).
Abrazos y ojalá no te pase de nuevo..salud por el nuevo "piso" ;)

Curucusí Ocurrente dijo...

LCTM:

salud! es un deleite tenerte en el msn mi adulada.